miércoles, 16 de enero de 2008

Mi último poema:

La alegría se encierra en una caja de papel,
cuenta hasta diez
y se vuelve a asomar,
y se vuelve a encerrar,
al ver la vida tan cruel.

Se encierra y se aisla,
en un lugar donde no puede, ni quiere ver
nada, absolutamente nada,
y la alegría va perdiendo su fe.

No quiere ver ricos ni pobres,
sino riqueza.
No quiere ver mendigos,
ni reyes ni princesas.

Algún día la alegría quiere despertar,
sin que las lágrimas le priven del Sol,
ni las ganas de volar.
Algún día la alegría quiere cambiar
el papel por el cristal,
para así disfrutar de una bella realidad.

Jorge

1 comentario:

Anónimo dijo...

no quiero ver militares ni princesas...