domingo, 18 de noviembre de 2007

Sueños

No aguanto más sin poder deslizar la punta de mis dedos por su piel, suave y dulce, o entrar en sus más preciosos sueños, siendo el protagonista de una historia que nunca acaba, y en sus pesadillas, para protegerla con toda mi alma de todos los males, para que pudiese estar siempre conmigo, sonriéndome, abrazándome.

Sentando en un pupitre estoy haciendo un bonito avión de papel, que en instantes lo mandaré al cielo, para que viaje al universo y le pida al Sol que no vuelva a salir nunca más, que nos deje eternamente en una isla desierta, ella y yo, abrazados en la playa, mirando a la Luna y cantando a las estrellas.
Me tumbé en un campo de tulipanes rojos, allí encontré uno especial, uno amarillo, el único que había. Abrazado a él cerré los ojos y pensé. La brisa del aire recorrió mi cara, mi cuerpo, pensé que era ella, y nunca más me iba a dejar.

Ahora me di cuenta de que todo era un sueño, mentira, pero volveré a ese campo, y haré lo mismo, seguiré soñando contigo, pues, como dijo un gran poeta, en sueños es libre el humano.

Corriendo por la playa, desnudos,
abrigados por la suave brisa del mar,
corriendo íbamos tu y yo,
deseosos de llegar al país de nunca jamás.

Un príncipe y una princesa galopaban
por los campos, cogidos de la mano,
la Luna sonreía, inquieta, junto a las estrellas,
pues esta del Sol se ha enamorado.

Nunca lo logramos encontrar,
recorrimos los más profundos océanos,
lo más solitarios desiertos,
pasamos juntos y desnudos una eternidad

buscando que el tiempo se detuviera
para eternamente surcar la mar.


Jorge

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